22:17 Comment1 Comments

Habían pasado muchas cosas.
A Lena le había dado la chanchita,una enfermedad inventada por los gringos para vender medicamentos y y mantener a la gente asustá. Le dió a medio mundo y como no le iba a dar a ella, así como a mucha gente más.Mucha más. Tal vez era por ser tan diva como le decía su amigo.

Continuaba trabajando,más convencida que nunca.Le costaba un mundo hacerlo, de hecho en el fondo no se convencía nunca, que era necesario,que era lo que "debía hacer" pero ya, eso pagaba el resto e sus volás...no? Pero un día se quedó dormida por andar trabajando en otro lado donde si le gustaba, y no fue a llamar gente, a venderles la pescá, a amortiguar su cuerpo frente a un pc inventando respuestas,cumpliendo con planillas odiosas. Y na po, se acabó el contrato.Y no se renovaría.Y un poco le venía a dejar la cagá en la vida.O a mejorársela. O a darle una opción para irse por ahi. Le venía la confusión, ya que tenía un montón de opciones ahi, delante de sus ojos, pero tendría que ser valiente y hacerce la adulta.

Estos meses además eran meses movidos. Muchos se iban, otros volvían, otros se iban para siempre, otros llegaban para hacerce un espacio que no existía.
Llegó la Tidelo. Llegó cargada de colores( como siempre).Llegó con las conversas de siempre.Llegó a colaborar en las aclaraciones mentales de Lena de siempre. Llegó con juntaciones, llegó con sed, llegó. Se fueron las banditas, pero volverían.Se venía la sueca, se iba la noruega, se iban los gringos,en una de esas venían los argentinos o Lena terminaba yendolos a visitar. Todo se amelcochaba. La sensación de pérdida se aderezaba con la sensación de vuelta. Pero siempre quedaba la pregunta...¡¿y si no volvían nunca más?!


El mundo era tan increíblemente chico que se encontró con el Feña.Feña era un asiduo a la ramada, pero nunca había sabido que el chiquillo era de esa ciudad maldita. Maldita por que no era su ciudad, maldita porque tenía allá a sus sobrinas que no podía ver, y sobre todo porque había algún maldito que alguna vez le había roto el cucharón. El maldito resultaba ser uno de sus mejores amigos del Feña. De hecho, Lena había conocido a Feña y su casa hace tiempo y ni se acordaban. De repente a Lena le vinieron los mejores y peores recuerdos de una relación con alguien. Era el último que Lena había amado con locura y pasión de chiquilla, de pendeja ilusa. Le había dejado el corazón pisoteado. Él era el hijo e puta del que siempre una mujer hace ostentación tener en su lista de relaciones, al que se odia y se pela para siempre. Pero ya había pasao harto tiempo. Pero a esa hora, era demasiado chistoso hablar de lugares comunes. Darse cuenta que hace 4 años atrás Lena había conocido también a Feña, la moto del amigo, lo que hacía el hermano, la empresa de la hermana, blablabla.Sí, no había duda. Estaban hablando del mismo raro y extravagante personaje que tal vez, cualquier día aparecía pa sonreirle coqueto tras alguna ventana.

Lena se sentaba en la cuneta y pasaba horas conversando con los árboles sin darse cuenta que había pasado mucho rato. Pero como los árboles dan mucha paz, casi era como terapia,una necesidad cada vez más necesaria. Miraba atenta sus hojitas y le gustaba preguntarse in-preguntables. No necesitaba (por el momento) ni siquiera que ellos se movieran de dónde están. Simplemente con su presencia y preguntas de árboles, Lena dormía un poquito más tranquila y como sonriendo. Aunque de lejos escuchaba a veces los ladridos del perro de la esquina, de don Juan Hortelano. El perro era divertido pero celoso, y se ponía a ladrar justo a las horas más insospechadas.

Hace algunos días,Lena desocupaba la despensa de algunas basuras, y se dedicaba a ser no más. Mamona, escritora de mails compulsivos sin demasiada edición, como de aentro,aunque sonara un poco musho. Decía incoherencias, se reía de lo simple y caminaba por la ciudad dándole vueltas a detalles sin importancia.Miró pal cielo y vió desde lejos a Marte, que brillaba lejos.Ya le pareció sólo un planeta para mirar de vez en cuando, así como cuando se viera a lo eclipse. Seguiría brillando como un planeta que da vueltas, pero que no afecta más que cuando pasa se ve su luz allá, arriba, lejos.

Lena no sabía qué hacer, confundida y confusa del futuro inmediato, pero sabía que algo lindo y tal vez lo más lindo de su vida estaba por venir.


De fondo: Yo tenía una negrita y otras cuecas coquetonas
Sapo
Cuánto cuestas, Cuánto Vales?
Casualidad


Sabor: Terremoto, asado, lasagna, yogurth, fruta y verdura de estación

1 comentarios:

karimaruza dijo...

eres tu otra vez!!!
genial pillarla en estas columnas tb..
nos estaremos viendo pues.. ahi chocando entre bailes notas y letras!
un agrado como siempre leerla..
eeeesoe' lo que teni!
jajaj

Publicar un comentario

Eso ´e lo que tení!!. Dawghouse Design Studio, Blogger FAQs and Mobi123